Justicia

                       "El cooperativismo busca desarrollar al hombre, con el valor de la cooperación, de la igualdad, de la justicia, del respeto y del trabajo conjunto".
Anónimo

Todos sabemos que la ley implica el conjunto de normas que rigen las sociedades, y que se imponen en las mismas, para controlar y regular las interrelaciones de los individuos, garantizando así que prime la justicia y el bien común de los ciudadanos, respetando la individualidad pertinente a cada uno. Pero ¿qué consideramos justo o injusto?. Es indispensable partir del concepto "justicia" para poder sacar conclusiones acertadas acerca de lo que debe ser aceptable o inaceptable en la ley.

Según la enciclopedia web "Wikipedia" la justicia se define como: "la concepción que cada época y civilización tiene acerca de la equidad y de la búsqueda del bien común". Teniendo en cuenta ésta definición, pasaremos entonces a revisar lo que en términos generales aceptamos actualmente como justo. Para ello clasificaremos nuestro análisis principalmente en los temas que se enumeran a continuación, en los cuales encontraremos no sólo una crítica acerca de la aplicación de la justicia en cada ámbito estudiado, sino una reflexión acerca de la importancia de la solidaridad y el cooperativismo como formas de organización social que buscan garantizar la justicia tanto individual como colectiva:


  1. Lo individualmente justo.
  2. Lo socialmente justo.
  3. La relación justicia y ley.
  4. La justicia en la solidaridad y el cooperativismo.
  5. Derecho cooperativo.



"La institución jurídica del cooperativismo, es una de aquellas que han sido creadas por el hombre para solucionar los problemas que la sociedad no puede resolver adecuadamente, sino a través de la cooperativa"
Juan Pablo Román


1 comentario:

  1. Rara vez, uno se encuentra personas pensantes. No voy a decir mal pensantes. Y hago la aclaración para evitar malas y ligeras interpretaciones. Bastaría decir que no a todas las personas, nos fastidia, nos incomoda o nos molesta tener que pensar.
    Es tu caso, Dra Rivera, porque con tus inquietudes académicas, económicas, filosóficas, sociológicas y políticas, estás poniendo muy en alto la facultad de economía de la Universidad de los Llanos. Y creo que es un acierto de la facultad de derecho de la Universidad Cooperativa de Villavicencio, la conformación de brillantes profesionales como docentes a la facultad. Lo que más admiro es que la universidad le está diciendo a los egresados que cree en ellos.
    Esto me obliga a revisar mis escasos conocimientos, porque a pesar de ser de la última edad, tengo plena conciencia de que la solución de los gravísimos problemas que Colombia está en las nuevas generaciones. Nosotros que somos de la generación culpable, al hacer el pertinente examen de conciencia, confesamos que hemos acabado con la herencia de la nación. ¿Qué le hemos dejado a la generación pensante?. No es acudiendo a los santos viejos y a las reliquias académicas de los detentadores del poder. La prueba evidente, plena y completa de cómo la generación actual se fatigó de las ejecutorias de mi generación culpable, fue la séptima papeleta que condujo a la república a cambiar la obsoleta constitución de 1886 por la carta de 1991. Entonces la nueva sangre académica un poco tarde, se decidió a pensar.
    Quien empieza a pensar empieza a luchar. Porque como dijera José Martí, el apóstol cubano: "trincheras de ideas, pueden más que trincheras de piedra". En “nuestra América”, el celebérrimo discurso de Martí, se predicó la necesidad imperiosa de estos pueblos NUNCA DESARROLLADOS tienen de analizar con objetividad el pasado. Determinar sus falencias y aplicar el método que le permita a la nación superar esa crisis.
    Cuando usted, Dra Rivera. Le dedica precioso tiempo a éstas reflexiones, está ingresando en el selecto grupo de los que no desean, perpetuarse en la mentira piadosa o en las verdades a medias. Es muy difícil y peligroso, más peligroso que difícil, atreverse a hacer lo que contadas personas, como usted, están haciendo. Podría suceder que los afectados con su consagración, se sientan incómodos. Porque les está tocando sus intereses.
    Dijo el pensador alemán: "En todo tiempo, las ideas dominantes, son las ideas de la clase dominante". Y sin decirnos mentiras, como decía el estadista Álvaro Gómez Hurtado, la superestructura, sea esta religiosa, política, económica, protegerán a toda costa, los intereses de la minoría dominante. La estructura actual del estado, defiende a capa y espada, la infraestructura. Y todo lo que huela a menoscabar el Statu Quo de la minoría es peligroso, anárquico y subversivo.
    Entonces, la academia defenderá según su razón social los intereses de los interesados en mantener sus privilegios. Una es la mentalidad del javeriano y otra la mentalidad del unilibrista. Uno es el espíritu de la Universidad de los Andes y otro muy distinto el de la Universidad Nacional. Por eso aplaudimos los análisis honestos de una persona que se atreve a pensar.
    Porque es casi imposible quitarle a la masa la idea de Aristóteles acomodada por santo Tomás de Aquino de "QUE UNOS NACIERON PARA GOBERNAR Y OTROS PARA SER ESCLAVOS". Entonces, espero seguirla leyendo por este medio y bien quisiera tener tiempo para ingresar a sus aulas, a fin de que me ilustre en tan necesarias disciplinas.
    Fernando Duarte Cepeda

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