Necesidades humanas

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El individuo como ser integral, tiene múltiples y complejas necesidades. La ciencia económica trata de comprenderlas para poder satisfacerlas. Mucho hemos hablado de las necesidades humanas, pero hasta el momento no las hemos definido ni hemos analizado todas sus dimensiones.

Recordemos que el sujeto de la economía es el hombre como ser social, pero la economía se enfoca en los hechos económicos. Por esta razón, se apoya en otras ciencias como la psicología y la sociología para poder resolver el problema económico. Esto se debe a que a pesar de que es una ciencia especializada, no es una ciencia aislada.

A partir de esto, notaremos, que la responsabilidad ética que recae sobre la política económica, debe ser el pilar fundamental para estructurar sus conclusiones. Esto no ocurre siempre con todas las ciencias, ya que un error al hacer un experimento con un compuesto químico si bien, puede causar daños materiales, no afecta la sociedad ni su desarrollo. Es decir, un daño social, puede desencadenar conflictos internos, violencia, enfermedades psicosomáticas, e incluso problemas mentales, porque afecta a los individuos en todas sus dimensiones.

Las necesidades humanas son carencias estrechamente unidas al deseo de satisfacción de las mismas. Los deseos de satisfacción, sin embargo, no siempre están acompañados de las carencias. Ésto lo podemos vislumbrar más claramente cuando analizamos la sociedad de consumo a la cual pertenecemos, en la cual, a pesar de tener un bien que satisface plenamente cierta necesidad, nos sentimos tentados a desecharlo y cambiarlo por otro bien a pesar de cumplir con las mismas funciones. Ésto lo hacemos por estatus y persuasión más que por carencias.

El psicólogo estadounidense de origen judío Abraham Maslow, nos ofrece una clasificación de las necesidades, integradas en una pirámide que prioriza su importancia. Divide las mismas en cinco fases o estadios a partir de los cuales se asciende para llegar a conformar un ser humano integral y feliz.

En primer lugar Maslow nos habla de las necesidades fisiológicas, que son aquellas que por naturaleza todos los seres humanos tenemos y que garantizan nuestra supervivencia. Luego nos menciona la seguridad, afiliación, autoestima y en la cúspide de las aspiraciones humanas, la realización personal.

Tener todas las necesidades cubiertas nos puede generar dos resultados:

1. Condiciones de vida objetivas: Éste tiene relación directa con los dos primeros peldaños de la pirámide de Maslow. Porque aunque no nos dirigen a la felicidad plena, por lo menos nos permiten comodidad. La mayoría de estas necesidades se satisfacen con bienes, pero lo importante de los bienes es que puedan ser disfrutados, es decir que la satisfacción que nos produce sea real y permanente, no transitoria o autodestructiva.
2. El bienestar subjetivo: Cuando hemos ascendido a por lo menos la fase de autoestima, en la cual podemos disfrutar de la vida, tiempo libre y afectos sinceros. En la fase de realización personal, el individuo ha alcanzado tal grado de bienestar que pasa a ser una fuente de apoyo para los demás. Es un sujeto centrado, al cual difícilmente lo desestabiliza su entorno.

Cuando tenemos bienestar subjetivo, podemos hablar de calidad de vida, entre más se asciende en la pirámide, más calidad de vida obtenemos. Otra cosa es hablar de nivel de vida. Un elevado nivel de vida tiene relación con los dos primeros peldaños de la pirámide y su capacidad de otorgar estatus u opulencia. Se puede tener un muy elevado nivel de vida, pero carecer de calidad de vida, y se puede tener una muy elevada calidad de vida sin tener un nivel de vida opulento.

En conclusión, un buen nivel de vida significa tener lo necesario para vivir (fisiología, seguridad). Una muy buena calidad de vida significa tener lo necesario para vivir feliz.

Pero la calidad de vida no se da por sí misma, debe estar acompañada por factores ambientales y culturales, que son responsabilidad de la política gubernamental que asume el Estado, la cual extrae sus proposiciones ideológicas de todas las consideraciones técnicas que otorga la economía. 

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Lastimosamente la sociedad de consumo en la cual nos encontramos insertados, nos obliga a creer que los correcto es competir para lograr felicidad. No nos es suficiente darnos cuenta de que muchas personas que han alcanzado niveles deseables por muchos, han terminado sumando los índices de suicidios o envueltos en crisis depresivas intolerables. Cuántas veces hemos visto famosas estrellas de Hollywood, importantes políticos y estadistas, deportistas destacados, un sin fin de personajes, que incluso han debido convivir con dolorosos traumas causados precisamente por sus desmesuradas ambiciones.

Maslow clasifica la afiliación en el tercer peldaño de la pirámide. Cuesta creer que algo tan natural en el hombre como las relaciones sociales y el contacto humano hoy sea tan inalcanzable para nosotros. Medir a los demás de acuerdo con lo útiles que sean no nos genera bienestar. No nos es posible conseguir la tan anhelada felicidad si vivimos en un mundo en el que la distancia se acepta y hasta se enaltece.

Pero este aspecto relacionado con la competencia tendrá su espacio en su momento. Por ahora solo me queda invitarlos, queridos lectores, a buscar la solidaridad, la cooperación y recuperar la confianza en los demás.